Cómo sentirse mejor con uno mismo

1. Piensa en ti cómo en tu mejor amigo. Así como tratas a ese amigo al que aprecias y valoras de verdad, intenta aplicar este mismo sentido del respeto cuando piensas en tu propia vida. ¿Cómo se materializa esta idea en la práctica? Intenta hacerte la vida bonita y agradable. Aplica este mensaje de una forma literal.
2. Haz lo correcto. No existe nada tan terapéutico a nivel emocional como realizar el bien. Las buenas acciones te aportan una inmensa satisfacción y paz interior. Pon en práctica aquellos valores que definen la esencia del humanismo: respeto a la dignidad del corazón humano, habilidades sociales, empatía, generosidad emocional y justicia.
3. Pide disculpas. Nadie es perfecto. Todos cometemos errores. ¿Cómo corregir entonces el malestar que producen estas situaciones? Pedir perdón es un signo de sabiduría emocional. Por medio de este acto sincero, asumes lo que ha ocurrido pero muestras tu arrepentimiento. Y lo más importante, perdónate a ti mismo. Abraza a tu niño interior con amor.
4. Enfócate en todo lo positivo de la vida, de ti mismo y de los demás. Deja de dedicar tanta atención a los detalles negativos que dan lugar a quejas y reproches. Alimenta el sentimiento de gratitud que te ayuda a evolucionar. Tienes el poder de cambiar tu atención mental con solo recordar un instante bonito y agradable, un instante que puede corresponder a este mismo día.
5. Cuida tus relaciones personales. Eres social por naturaleza. Tus vínculos te aportan un arraigo de pertenencia a un entorno seguro. Lo más importante no es el número de amigos, sino la calidad de estos vínculos. Dedica un tiempo semanal a fomentar la amistad.
6. Practica la lectura. Existen muchos géneros distintos: narrativa, poesía, novela, cuento, relato, ensayo, biografía, autoayuda, viajes... El hábito de leer alimenta tu mente, te ayuda a sentirte mejor contigo mismo. Es un entretenimiento que también potencia el aprendizaje acompañado de emociones.
7. Busca motivos de celebración. Más allá del día del cumpleaños, San Valentín o la Navidad, es muy importante que adoptes la actitud de celebrar la vida en los pequeños detalles. Por ejemplo, cuando termines un proyecto profesional en el plazo previsto, celebra esa meta.
8. Uso positivo de las nuevas tecnologías. Disfruta de todo lo bueno que puede ofrecerte la tecnología desde el punto de vista de la comunicación, el trabajo, la formación y el ocio. Sin embargo, establece límites y horarios de consulta. Tu vida va más allá de lo tecnológico.
9. Busca tiempo para ti. Incluso siendo social por naturaleza, necesitas desconectar de los demás. Necesitas tener tu propio espacio para descansar y cultivar el vínculo con tu propia identidad.
10. Música terapéutica. Escucha canciones que tienen un mensaje alegre, vital y esperanzador. No te recrees en aquellas letras que invitan a la autocompasión y el victimismo.

Para sentirte mejor contigo mismo, también debes profundizar en aquellos factores que te alejan de ese estado de armonía:

• El estrés. El gran riesgo de la sociedad actual es que se ha normalizado el estrés hasta el punto de convertirlo en un factor inevitable. Existen momentos que, por sí mismos, resultan más estresantes. Sin embargo, rompe por decisión propia con ese ritmo que te lleva a vivir permanentemente en la prisa. Rompe con esa idea de que todo es urgente e inmediato. Afortunadamente, la mayoría de las cosas pueden esperar.
• Aprende a delegar. Tanto en el plano profesional como en el ámbito personal. Rompe con el peso de querer encargarte de todo. Busca la colaboración en los entornos en los que participas. El peso de creerte indispensable puede terminar aplastando tu ánimo.
• El perfeccionismo. En la vida existen dificultades, miedos, problemas, imprevistos y obstáculos. No puedes ignorar esta parte de la realidad por aspirar a un perfeccionismo que define un ideal que nada tiene que ver con lo real. Intenta ajustar tus expectativas a la esencia del propio vivir. En el siguiente artículo, puedes ver algunos consejos útiles sobre cómo ser menos autoexigente.
• Sedentarismo. Esta inercia a la inactividad pesa no solo físicamente, sino también a nivel psicológico. El mejor remedio para poner fin a este freno es el ejercicio y el deporte.
• Individualismo. Es muy positivo que pienses en ti, pero no lo es que solo pienses en ti. Algo que ocurre cuando te dejas llevar por el ego. Piensa en una buena acción que puedas hacer hoy para alegrar a alguien de tu entorno.
• Luchar contra el pasado. No puedes cambiar el ayer. Por tanto, integra lo que has aprendido en tu escenario presente. El pasado te ha dado lecciones de aprendizaje muy importantes.

Para sentirte mejor contigo mismo, tienes que empezar a vivir poniendo una mayor atención en aquello que depende de ti. De este modo, elevas tu nivel de resiliencia porque adquieres una mayor fortaleza cuando te centras en aquellos aspectos de tu realidad que puedes controlar.

A modo de ejercicio práctico, empieza cada día haciéndote esta pregunta: ¿Qué voy a hacer hoy en beneficio de mi propia felicidad? Esta pregunta te ayuda a centrar el poder de tu bienestar en ti mismo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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