Psicología clínica

Consejos para no caer en el síndrome de la felicidad aplazada

Francisco Céspedes
Por Francisco Céspedes. 6 noviembre 2017
Consejos para no caer en el síndrome de la felicidad aplazada

El tiempo material nos condiciona de forma tan determinante en algunos casos que desarrollamos una tendencia hacia el síndrome de la felicidad aplazada, es decir, ponemos a la espera sueños, ilusiones y anhelos al anteponer constantemente el poder de la obligación. Un síntoma de este tipo de trastorno es, por ejemplo, la costumbre de posponer proyectos para después de la jubilación, observando los años de esfuerzo y trabajo previos como una forma de ahorro fundamental.

Posponer el disfrute

Y, sin embargo, mientras esperas la vida, la vida pasa. Una paradoja que muestra cómo el ser humano puede caer en la trampa de su propio autoboicot. La percepción de la falta de tiempo es una realidad cuando observas tu agenda habitual y observas en la perspectiva de la comparación del tiempo libre que no puedes dedicarte a tiempo completo a todos aquellos proyectos que quieres materializar.

Esta es una de las razones por las que algunas personas que tienen la posibilidad de hacerlo deciden tomarse un año sabático. Actúas con el síndrome de la felicidad aplazada cuando ya no recuerdas cuándo fue la última vez que quedaste con tus amigos para divertirte, porque cada vez que te proponen un plan pones como excusa el trabajo para no asistir.

La felicidad aplazada también parte de la creencia equivocada de vivir a la espera de acontecimientos extraordinarios, ponemos altas expectativas en una fecha concreta, en lugar de valorar el poder de lo sencillo que se esconde en el presente. Y, además, cuando hacemos esos planes, caemos en la hipótesis (no en la certeza) de creer que dentro de unos meses seguiremos teniendo la oportunidad de disfrutar de esos planes. Nadie tiene una garantía de tiempo firmada con la vida.

El síndrome de la felicidad aplazada se da la mano con otro problema habitual de nuestro tiempo: el síndrome de la ocupación constante que nos lleva a creer que nuestra felicidad puede medirse en términos de productividad, resultados y rendimiento.

Consejos para no caer en el síndrome de la felicidad aplazada - Posponer el disfrute

Cómo poner fin a esta situación

En primer lugar, toma conciencia de ella. Es decir, si te sientes reflejado en todo lo dicho en este post, entonces, cambia de perspectiva porque esto solo depende de ti. Algunas películas de cine pueden ayudarte a reflexionar sobre la importancia de un giro en tu filosofía de vida: “El exótico hotel Marigold” es un ejemplo.

A partir de ahora, asume que el tiempo no es ilimitado. Por esta razón, tienes que priorizar y acotar tus preferencias de ocio. Así como tienes que marcarte plazos y fechas para que tus deseos no queden en el aire. En el contexto de una semana más en tu vida te dejas arrastrar por el síndrome de la felicidad aplazada cuando inicias el lunes a la espera de que sea viernes. Este es el síntoma más frecuente de este problema emocional.

En ese caso, medita sobre qué puedes hacer, por ti mismo, desde este mismo instante, para que la felicidad de tu vida no dependa de un acto tan superficial como que sea lunes o sábado.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

Si deseas leer más artículos parecidos a Consejos para no caer en el síndrome de la felicidad aplazada, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Psicología clínica.

Escribir comentario
¿Qué te ha parecido el artículo?
2 comentarios
Ruben
Hola no se quien es el autor de esta nota ...Voy para setenta y ya un año de estar jubilado , y creo tener eso de la felicidad postergada...dijo mi medico -quiero verte ocupado y no preocupado-...me sugieren viajes de turismo de jubilados....o sea compartir con un grupo de vejestorios sus problemas de salud y de su jubilación de no alcanza y de sus remedios, sus tratamientos y visitas al medico y sus problemas con la obra social........o anotarme en un club de jubilados donde pasan tardes enteras jugando a tejo.... pues señor señorita o quien sea... no me siento preparado para esa vida...-Medita para lo que puedes hacer por ti mismo-...dice el ultimo párrafo...pues .empece a escribir ...he escrito cuentos cortos hasta ahí todo muy bien pero cuesta entrar en la rueda de la edición....y no aparece nadie quien se interese....y ya tengo setenta ...y sigo esperando esa felicidad postergada....¿hasta cuando?...hasta que pase el carro y me diga...- subi que te llevo-....despues de leer lo que escribi..creo que necesito un psicólogo....gracias por su tiempo un gusto escribir aca...le saludo atte a quien sea el autor de la nota
Maite Nicuesa
Muchas gracias por compartir tu comentario. Disfruta de la escritura que, como describes, te ofrece tantas satisfacciones. Tal vez podrías escribir un blog sobre literatura o presentarte a algún certamen. Es cierto que la publicación de un libro puede ser compleja, sin embargo, conviene ser constante. ¡Ojalá tengas mucha suerte! Si te gusta la escritura también te doy la idea de participar en un Club de Lectura o en un taller de escritura creativa, por ejemplo.
Feliz semana y feliz vida.
Loli
Felicidades por el post
Maite Nicuesa
¡Muchas gracias!
1 de 2
Consejos para no caer en el síndrome de la felicidad aplazada